ARTÍCULO ORIGINAL POR ARTE Y SPORT

Los rumores de la posible compra de la ascendente marca estadounidense Under Armour por parte del gigante Nike llevan ya varios años, pero ayer recrudecieron con mucha intensidad y hasta fueron mencionados por el prestigioso diario Times, de Londres.

La versión de que Nike estaría dispuesta a pagar alrededor de 100 dólares por acción de Under Armour hizo que ayer miércoles los papeles de esta última subieran 7%. Pese a que un vocero de Under Armour desmintió el rumor, las acciones de la marca subieron hoy otro 1,5% y cerraron a un precio de 76,82 dólares.
Debe destacarse que el rumor fue desmentido por Under Armour pero no por Nike, que de todos modos tiene por política nunca comentar versiones periodísticas.

Numerosos analistas del mercado coinciden en que la operación resultaría muy favorable para la marca del swoosh, pero consideran que no es el mejor momento para vender para Under Armour, una marca joven que aún tiene mucho potencial de crecimiento. La firma fundada por el ex jugador de fútbol americano Kevin Plank en 1996 ha tenido un éxito inusitado en Estados Unidos, en donde sus innovadoras prendas de telas sintéticas de alto rendimiento generaron una pequeña revolución en el mercado de productos deportivos.

Pero Under Armour es todavía una marca diez veces más pequeña que Nike en volumen y valor de mercado. Su expansión internacional apenas está comenzando, y aún no ha podido repetir el gran éxito de sus líneas de indumentaria en el sector del calzado, el rubro más importante para cualquier marca deportiva.
Por otra parte, recién en este año se decidió tímidamente a probar suerte con sus primeras prendas en algodón, la tradicional tela que Under Armour siempre presentó como un producto arcaico frente a sus inventos hi-tec. El intento debe entenderse como un paso intermedio hacia las primeras líneas de indumentaria casual y urbana, otro nicho insoslayable para cualquier etiqueta deportiva de primera línea.

Las opciones de Nike

Al ser la marca deportiva número 1 del mundo y contar con una envidiable salud financiera, Nike suele encontrarse siempre en medio de los más disparatados rumores. Pero la compra de Under Armour podría resultar un excelente negocio para el swoosh.
Under Armour ha demostrado ser un competidor tan pequeño como temible. Y aunque sus cifras de ventas a nivel mundial ni pueden compararse con las de Nike, en el mercado interno norteamericano Under Armour ha conseguido perfilarse como su más directo competidor, aún por encima de Adidas y Reebok, sus rivales históricos.

En más de una ocasión, Under Armour ha llevado adelante agresivas campañas de marketing con el típico estilo de Nike, siempre audaz, individualista y transgresor. Ello le ha valido a Under Armour un excelente posicionamiento entre los consumidores adolescentes y jóvenes, que en algunos relevamientos han caracterizado a Nike como la marca de sus hermanos mayores o sus padres. En este extraño mundo en el que los adolescentes son quienes dictaminan las tendencias, quienes deciden qué es cool y qué no, un veredicto como éste bien podría significar una sentencia de muerte lenta para Nike. O para cualquier otra marca.
Por eso no extrañaría que el gigante de Beaverton resolviese intentar la compra de Under Armour. No podría intentar una oferta agresiva, ya que Kevin Plank controla el 75% de los derechos de voto de Under Armour, pero en estas cuestiones el famoso dicho “billetera mata galán” es más válido que nunca.

En general, cuando una gran empresa compra a otra más pequeña, puede ser que sea para expandirla, integrarla o, directamente, reventarla. Phil Knight, el viejo zorro fundador de Nike, puede sentarse cada noche en su sillón y mirar con una satisfecha sonrisita a la pared de su living. Allí cuelgan las cabezas de dos grandes como Converse y Umbro, otrora fuertes competidoras y hoy apenas dos de sus tantas subsidiarias.

En ambos casos, la estrategia fue transformar a estas antiguas y prestigiosas marcas en un complemento de nichos específicos para Nike, con una imagen más anclada en el pasado que en el futuro. Converse sigue con sus inoxidables All Star vintage de siempre, un modelo con mil variantes que los adolscentes del mundo siguen amando, pero jamás volverá a ser lo que fue en el ámbito del básquet. Y Umbro se ha vuelto algo así como una etiqueta de fútbol retro. Muy atractiva, por cierto, con ese aire de venerables sastres británicos, pero nunca podrá pasar más allá del Manchester City.

Entonces, ¿qué suerte podría esperarle a Under Armour en caso de una absorción? Quizás un retorno al perfil de sus comienzos: el de una proveedora de artículos técnicos para atletas de alto rendimiento, o para aquellos que sueñan con serlo. O que se quieren ver como ellos. Pero por ahora, es sólo una especulación…

¿Crees que esta compra finalmente se concretará? ¿Cuál de los dos ganaría más en tu opinión?

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